Un día
me tope con un video de una famosa psicóloga aquí de mi país, y ella afirmaba
que en la familia no existía la democracia,
puesto que son los padres quienes deciden (en equilibrio) y toman las
decisiones y no son los hijos quienes determinan que pueden hacer y que no, los
límites los ponen sus progenitores.
Esto
me hizo reflexionar en la forma en que hoy día se están formando a los hijos en
cada hogar, especialmente en una sociedad tan “tolerante” que hasta los padres
han caído en este falso sistema de tolerancia, en el cual los hijos han ganado
terreno pasando los límites y no respetando la autoridad en una sociedad donde
la tecnología ha ocupado un espacio lamentablemente preponderante en la vida de
las personas y en una sociedad sin Dios.
La
palabra de Dios nos dice que “como saetas”, o sea como flechas, así son los
hijos habidos en la juventud. Las flechas tienen una importante característica,
tienen que
SER ESCULPIDAS FORMADAS, MOLDEADAS Y
AFILADAS,
Por lo tanto la lectura de hoy me convoca a reflexionar en la forma en
que estamos formando a nuestros hijos y cómo estamos moldeando sus caracteres
¿conformados a la imagen de Cristo?...y preparándoles para vivir en un mundo
donde los valores y principios de Dios ya no se viven, ni siquiera al interior
de los hogares cristianos.
Es por ello que coincido en que la familia no hay democracia, ellos no
deben influir a la hora de tomar decisiones relevantes, la disciplina y los
límites los ponemos nosotros como padres, ellos no mandan, no ordenan,
sugerencias y opiniones se aprecian, pero definitivamente la responsabilidad es
de nosotros los “VALIENTES”.
En nuestras manos como valientes hijos e hijas de Dios está la
responsabilidad de formar hombres y mujeres que hoy decidan por Cristo, que hoy
tengan clara su identidad en Cristo, que hoy sepan que a Dios se le toma en
serio, que hoy mi amor de madre debe estar basado en un amor de misericordia a
la hora de errores, en un amor de gracia para perdonar, en un amor de
corrección, en un amor de disciplina, en resumen en una vida de ejemplo….
Es por ello que la tarea es grande, pero para ser un valiente debemos
como padres buscar a Dios, en su sabiduría, en pedir su consejo a través de la
palabra de Dios, en escuchar su voz, en obedecer nosotros sus principios. Si, ya sé, no es nada de fácil, y quien dijo
que lo sería….pero hoy es el día, porque mañana puede ser demasiado tarde.
Los hijos son una bendición, una tremenda bendición….¿qué estás
haciendo tú, que estoy haciendo yo en mi rol para formar y moldear hijos Cristo
céntricos? ¿Qué estamos haciendo?
El Señor nos ayude en nuestra labor, porque sin duda habrá muchas
flechas afiladas para ser luz en un mundo de oscuridad si somos valientes..
En Su Gracia,
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