En
los Estados Unidos, desde 1863 se celebra oficialmente el día de Acción de
Gracias, y desde el año 1941 fue declarado como un día festivo, celebrándose cada
cuarto jueves de noviembre. Por ahí dicen que las cosas buenas hay que
imitarlas.
Si
bien la celebración no está asociada a ninguna historia en común con la de
Estados Unidos aquí en Latinoamérica, para los cristianos sí tiene en común dar gracias a Dios por todo lo bueno
que ha sido es y será con sus hijos, no necesitamos una fecha especial, pero
vaya que es importante recordar que un espíritu de gratitud debe cultivarse en
nuestras vidas, independiente de la fecha, la ocasión o la historia, e
independiente de dar gracias solo por
las cosas buenas que nos acontecen sino por aquellas que no lo son.
¿Por
qué es importante? Porque en primer lugar el salmista nos recuerda que al ir a
la presencia de Dios, debemos entrar por sus puertas con acción de
gracias, por sus atrios con alabanza. Salmos 100:4 para no olvidarnos que ¡Jehová es bueno! Dios
es bueno todo el tiempo, su misericordia, bondad, justicia, gracia, poder sea
exaltado.
En
segundo lugar , porque se nos olvida agradecer, y hay tanto porque hacerlo, he
aquí el motivo, para cultivar un espíritu agradecido y no
olvidarnos ninguno de los beneficios dados por Dios, como tampoco olvidarnos de
que en las tormentas más recias, en el dolor, en la pérdida, en la crisis o
enfermedad:
Su
cuidado, su abrazo, su protección, su poder, su amor, su gracia, su bondad, su
misericordia, su presencia nos ha acompañado y nos ha levantado, nos ha
restaurado, nos ha santificado, nos ha liberado.
John
Henry Jowett fue un predicador británico del siglo diecinueve y entre sus
escritos, esto apareció como un buen consejo para cultivar un espíritu
agradecido:
“La gratitud es una vacuna, un
antioxidante y un antiséptico”
La
Gratitud
puede ser la vacuna contra el enfado y una actitud descontenta.
Así
como las antitoxinas son anticuerpos que previenen los efectos desastrosos de
ciertos venenos y enfermedades, la actitud agradecida destruye el
veneno que causa el malhumor y el
resentimiento.
La
acción de gracias es un antiséptico refrescante que nos calma, para aquellas
ocasiones en las cuales nos vemos golpeados por los problemas.
Los
expertos en salud mental recomiendan que una actitud agradecida previene la
depresión, es que realmente la acción de gracias es un anticuerpo que destruye
la crítica y la queja, como también los expertos dicen que experimentar gratitud reduce la impaciencia y aumenta el
autocontrol.
Cuánta verdad hay en
las palabras de este predicador y cuánta verdad hay en la Palabra de Dios que
nos estimula a ser mujeres agradecidas del único y suficiente Dios.
No te olvides, no nos
olvidemos, no me olvido Señor que si bien un montón de gracias nunca pagarán
todo lo que has hecho por mí, no quiero olvidar de decirte hoy con todo mi
corazón
¡Gracias Señor!
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