RAHAB
Me impresiona una vez más
la Gracia de Dios, esa gracia inmerecida, esa gracia que solo
ve el corazón y que juzga desde allí. Creo que Rahab
fue una mujer atípica para su época, una mujer
extranjera que creyó a las proezas del Dios que no era su Dios, y se movió
en fe, sin siquiera ella saberlo, arriesgó todo, su
ciudadanía, su familia, su identidad, lo dejó todo, pasado fue
enterrado en las cenizas del juicio de Dios hacia la ciudad de
Jericó. Ella salvó a los espías no por compasión humana,
o por conveniencia, sino porque sabía que eran siervos del Señor. A
su vez, ella fue salvada.
La fe de Rahab me recuerda a una mujer cananea en el nuevo testamento que
le creyó a Jesús y obtuvo la sanidad de parte de él. Solo la fe puede
salvarnos, esa fe que cree sin haber visto, esa fe que a Rahab la llevó a
confiar en que el Dios del cielo y la tierra estaba haciendo cosas grandiosas y
portentosas, esa fe que creyó en que El estaba con el pueblo de Israel y que le
daría la conquista de Jericó, esa fe le infundió el valor para arriesgar su
vida y esconder a los espías, esa fe que le dio la valentía para pedir
protección y salvar no solo su vida, si no la de su familia.
Sin ser una mujer de principios, fue fiel
a sus convicciones acerca de Dios. Quizás en su fuero más interno, anhelaba un
cambio de vida radical, quizás estaba buscando su norte en la vida, buscando
ser llena de su vacío, buscando una mejor y digna vida y se encontró en medio
de todo esto, con una esperanza que no solo podía salvar su vida si no que la
haría enmendar su camino.
Dios usó a los espías y a Josué para cumplir con su promesa, ¡estaba en los
planes de Dios!
Qué maravilloso, la gracia de Dios cumplida perfectamente, de tal manera
que Rahab está en la lista de los héroes de la fe y el escritor del
libro de Hebreos la registra, Dios mismo inspirando para destacar a esta valiente mujer que habitó entre los
israelitas y fue parte del pueblo de Dios.
Me gusta este comentario que encontré en ingles acerca de ella:
“Su fe en este Dios que
obró grandes prodigios era del todo maravilloso y singular. Fue un
llamado que la hizo dispuesta a sacrificar su propia nación, un acto que habría
sería una traición. Sin embargo su servicio para los espías indica que
ella sabía la raza de la que ella era parte, era maldito por Dios por sus
crímenes y la idolatría, y que deseaba separarse de un pueblo tan
condenado, y se identificó con el pueblo de Dios. La declaración de la fe
dada por esta mujer cananea le coloca en una posición única entre las mujeres
de la Biblia.”
Aunque la conocemos por
su pasado como “la ramera”, el Señor le dio la oportunidad de salvar su vida,
de ser parte de su pueblo, de casarse y tener descendencia, esa descendencia
que es nuestra BENDICIÓN y ser una mujer única que Dios la destacó por su fe, y
vio lo que no mira el hombre, su corazón y lo que observó de el…le agradó y
la santificó y la dignificó ¡ GLORIA A
DIOS!!!
Ayúdanos Señor a imitar la fe de Rahab y su determinación para seguirte a pesar de todo, gracias porque tu siempre ves el corazón y juzgas desde allí, a pesar del pecado, cuando un corazón es contrito y humilde, tu Oh Dios no lo desprecias, gracias, por tu GRACIA esa que nos SALVA, NOS DA PAZ Y PERDONA.
En su Gracia,
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